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DIFERENCIAS HOMBRE Y MUJER


El presente artículo no es un enfoque sobre derechos civiles o políticos, sino de realidades anatómico-fisiológicas que permitirán comprender por qué no puede tratarse por igual a ambos géneros en la aplicación de técnicas determinadas, tanto en masoterapia como en entrenamientos; solamente permítanme aclarar que no estoy descubriendo el agua helada. Muchas personas me han preguntado a menudo por qué mi perfil de trabajo está dirigido a chicas y no a ambos sexos, es algo realmente tedioso estar explicando esta situación a maridos o novios celosos que al final, haciendo gala de su ignorancia, ni le dan permiso a su pareja para hacerse las terapias, pero ¡qué le vamos a hacer!, así les gustan a ellas, jejejeje. 
Con esto de brindar charlas sobre "Masoterapia y Celulitis" en varios gimnasios (ver lista en la columna derecha), tanto dentro como fuera de la capital, he podido constatar 2 tipos de entrenadores:
a- Los que con obcecación sostienen que únicamente con ejercicios intensivos puede tratarse la celulitis, ignorando que hace años se demostró científicamente que los ejercicios por sí solos no bastan. Generalmente son propietari@s y entrenadores viejos con mentalidad "machista", cuya ancla es la tradición oral ("así se lo dijeron y así debe enseñarlo"), no investigativa ni científica.
b- Los que sí se han documentado, han investigado y están conscientes de los límites de alcance de los ejercicios. Generalmente son propietari@s de gimnasios y entrenadores jóvenes que al menos leen o ven programas de entrenamiento actualizados. El problema es cuando remiten a sus clientas a los centros de estética porque desconocen los riesgos de exposición cancerígena de ésos, o al shiatsu, que no tiene finalidad estética. Por eso siempre recomiendo leer, investigar, comprobar en fuentes científicas fidedignas y con escrúpulos, que no te van a embaucar. Porque hay 2 tipos de profesionales: los que tienen conciencia y los que únicamente les interesa el dinero sin importar los daños.
He recopilado la siguiente información de fuentes relacionadas directamente con anatomía y fisiología humana. Existe una diferencia elemental entre el hombre y la mujer: la producción hormonal. Ambos sexos producimos las hormonas testosterona y estrógeno, pero la cantidad producida es significativamente diferente: los hombres producimos hasta 10 veces más testosterona y menos estrógeno que las mujeres, cuanto mayor sea la testosterona que un hombre produce, mayor es la cantidad de masa muscular y ósea comparado con una mujer. Aquí radica la diferencia entre hombre y mujer y en consecuencia una respuesta diferente a los entrenamientos; por ejemplo, desde el punto de vista muscular somos iguales, la mujer puede desarrollar sus músculos y ganar fuerza pero jamás podrá conseguir la misma cantidad de masa muscular por la desigualdad de hormonas (conste que estoy asumiendo que no hay alteración artificial, es decir, que no se están inyectando ni tomando hormonas sintéticas, apoyo lo 100% natural).
En la adolescencia las mujeres empiezan a liberar grandes cantidades de estrógeno rápidamente, esto se refleja en el crecimiento del cuerpo, los pechos crecen y el cuerpo empieza a acumular grasa también (inicia la celulitis). El estrógeno también aumenta la velocidad del crecimiento óseo, en un proceso de 2 a 4 años tras el principio de la pubertad. Por tanto, las mujeres adolescentes crecen más rápidamente durante algunos años, pero después dejan de crecer. En el hombre la testosterona deja de ser segregada en el nacimiento y vuelve durante toda la pubertad. Los hombres tienen un período mayor de crecimiento y generalmente consiguen una estatura mayor. Los hombres desarrollan hombros más anchos, y pectorales más grandes, además tienden a depositar la acumulación de grasa en la zona del estómago y espalda, al contrario de las mujeres que acumulan la grasa en las caderas y piernas. La testosterona presente en las mujeres es cerca de 1/10 que la que poseen los hombres, y debido a la influencia de esta hormona en el desarrollo de la fuerza y los músculos, las mujeres tienen menores posibilidades de desarrollar igual fuerza y tamaño muscular que los hombres, aún cuando se ejercitan de la misma forma. Además las mujeres tienen más estrógeno, hormona femenina que interfiere en el crecimiento muscular e incrementa la grasa corporal.
Músculos y Fuerza
En términos fisiológicos y biomecánicos, los músculos son idénticos en el hombre y mujer. La diferencia reside en que la masa muscular sólo es un 24% en un cuerpo femenino típico, mientras que suele ser del 40% en cuerpos masculinos. La fuerza de los grupos musculares inferiores es semejante en el hombre y en la mujer. Los hombres son más fuertes en las partes superiores debido al desarrollo aventajado de esta región. Las mujeres tienen menor masa muscular en el tronco, respecto a los hombres, como así también, son capaces de producir unos 2/3 de la fuerza de un hombre. Sin embargo, en la parte inferior del cuerpo las diferencias de fuerza son menos notorias, e incluso, si se toma en cuenta la fuerza en relación a la masa muscular de que disponen las mujeres, ésta es ligeramente superior en el sexo femenino. La mujer precisa 2 veces más tiempo para desarrollar igual fuerza relativa. Asimismo, precisa trabajar con mayor regularidad para mantener su volumen muscular. 
Morfología
La mujer tiene una talla entre 7 y 10 cm inferior al hombre, pesa alrededor de 10 kg menos y tiene entre 4 y 6 Kg más de grasa. Los hombres tienen más masa muscular, tienen extremidades más largas y tienen un torso más amplio debido a los hombros más distanciados. Por todo ésto, las mujeres tienen cierta desventaja mecánica que le impide levantar más peso y desarrollar menos fuerza. No obstante, la elasticidad es hasta un 10% mayor en las mujeres, al igual que la movilidad articular y laxitud ligamentosa. Al disponer una cintura pélvica mayor, la mujer presenta mayor movilidad en esta articulación. Además de las diferencias físicas externas, la mujer tiene un menor desarrollo de la caja torácica y proporcionalmente un corazón más pequeño, menor cantidad de sangre y volumen sistólico, además la mujer presenta menor concentración de hemoglobina en sangre (15% menos) y del número de hematíes, lo que equivale a una menor capacidad de transporte del oxígeno sanguíneo y una menor capacidad cardiovascular, por lo tanto su suficiencia ventilatoria es menor y su frecuencia respiratoria debe aumentar para alcanzar igual ventilación que en los hombres.
Sudoración
Por regla general, las mujeres sudan menos que los hombres, sus niveles de transpiración son menores. Su función termorreguladora para enfriar la piel tiene una respuesta más lenta que en el hombre, sin embargo, como ventaja las mujeres no se deshidratan con tanta facilidad, lo cual es una ventaja para los deportes de resistencia.
Esqueleto 
El esqueleto masculino es más robusto, con huesos más largos, más densos y de mayor tamaño. Menor riesgo de lesión en edades avanzadas con respecto a la mujer que por la caída de estrógenos, la osteoporosis se acelera. Las mujeres tienen menor tamaño, talla y peso total que los hombres, en definitiva un armazón material más ligero. Su composición corporal es claramente diferente de la del hombre siendo los factores hormonales, una vez alcanzada la pubertad, los determinantes de dicha diferencia: Peso óseo inferior, un mayor porcentaje graso y menor masa magra (libre de grasa). La constitución del cuerpo de la mujer se diferencia de la del varón por su mayor distribución de la grasa en glúteos, mamas, caderas y parte superior de los muslos, por la acción de los estrógenos, que también provocan un crecimiento de los huesos más precoz y un fin del desarrollo más temprano. Presentan pelvis más anchas y menos profundas, mayor angulación del fémur, y una mayor curvatura (con convexidad anterior) de la columna vertebral a nivel lumbar que dificulta el trabajo con cargas. Las extremidades en relación con la estatura son más cortas, lo que equivale a un brazo de palanca más pequeño, que puede limitar su rendimiento en algunas especialidades deportivas por una menor eficiencia mecánica. La existencia de una cierta convexidad articular en rodillas (rotación interna) aumenta el riesgo de inestabilidad con una mayor incidencia de lesiones en el ligamento cruzado anterior, síndromes femoropatelares y fracturas de estrés. 
Equilibrio 
Por la distribución del peso corporal, la estabilidad de la mujer es mayor que la del hombre. Esto es debido a que el centro de gravedad se sitúa aproximadamente un 6% más bajo porque poseen una pelvis y muslos más pesados y piernas más cortas. Esta característica les confiere una mayor estabilidad y equilibrio, favorece a la mujer en modalidades donde el equilibrio es una cualidad fundamental (gimnasia, esquí, patinaje).
NOTA: En situación anatómica base, el centro de gravedad oscila entre la región sacro-lumbar, un poco por delante de ellas. El centro de gravedad modifica la posición al cargar cualquier peso ya que deberá considerarse el conjunto persona + carga. Esto obliga a la persona a ajustar su postura para mantener un mismo equilibrio que sin carga. 
Aprendizaje 
La mujer posee mayor habilidad en el aprendizaje motor, coordinación y ejecución técnica de los movimientos. En especialidades deportivas donde se requiere el manejo de móviles o coordinación motriz, la mujer presenta mayor habilidad que el hombre. El hombre utiliza el hemisferio cerebral izquierdo para procesar información, la mujer usa ambos hemisferios.
Gasto Metabólico 
El gasto del metabolismo basal en las mujeres resulta menor que en el hombre: Mujer joven, el gasto medio es de unas 37 Kcal/m2/hora, lo que significa un consumo calórico al día de unas 1,300 Kcal. En el hombre este consumo se eleva a 40 Kcal/m2/hora y unas 1,700 Kilocalorías al día. Y como el número de calorías que una persona quema es proporcional a la musculatura que tiene, los hombres, entonces, queman más calorías que las mujeres, incluso haciendo la misma cantidad y el mismo tipo de ejercicio. Como las mujeres tienen menos músculo y más grasa que los hombres, disponen de menos espacio donde acumular glucógeno y más para concentrar grasa. Además, las mujeres protegen sus depósitos de glucógeno más y tienen el hígado un 20 % más pequeño que los hombres, lo cual implica que pueden beneficiarse menos de la carga de carbohidratos que el sexo opuesto.
Grasa
En deportistas, los hombres presentan niveles de porcentaje de grasa menores que las mujeres. En estas últimas, viene determinada sobre todo por la presencia de estrógenos, y se acumula principalmente en la región glúteo-femoral. Para muchos deportes esta grasa tan sólo es un sobrepeso extra, pero sin embargo, hasta ciertos niveles, en el agua mejora la flotabilidad. Por esta razón, es en la natación donde las mujeres más se acercan a las marcas registradas por los hombres.
Cualidades Motoras
Las diferencias hormonales (testosterona 10 a 20 veces menor en la mujer) condicionan una menor fuerza muscular secundaria a su menor peso magro (peso libre de grasa). La fuerza máxima se alcanza antes en la mujer, a los 18-22 años y es un 40% inferior a la que alcanza el hombre. Existe mayor similitud en ambos sexos en los valores de fuerza de tren inferior y fuerza elástica (70-80% de la del hombre) siendo las diferencias más llamativas en cuanto a potencia en tren superior (50-60% de la del hombre). No existen diferencias en el reparto de fibras musculares, pero se cree que la mujer posee fibras de menor tamaño y quizá menor número de fibras. Su velocidad de reacción y frecuencia de movimientos es análoga a la del hombre pero con una menor velocidad de traslación. La mujer sometida a un programa de entrenamiento de fuerza consigue iguales mejoras que el hombre (20-40%) aunque no tanto por hipertrofia muscular y por factores de control neuromotor o neurales. No obstante, requiere mayor cantidad de entrenamiento y mayor número de sesiones (trabajando iguales volúmenes y con igual técnica de entrenamiento).
Rendimiento Y Entrenamiento
A la hora de entrenar y levantar pesas, el desarrollo muscular se produce de igual manera en los dos sexos. Las mujeres suelen tener menor proporción de fibras de contracción lenta quemadoras de grasa (son las fibras que se crean cuando se hace trabajo de resistencia o aeróbicos), por lo que sus necesidades energéticas son al menos un 10% menor en relación a su peso, lo cual significa que no necesitan alimentarse tanto como los hombres. Las mujeres tienen más problemas que los hombres en generar intensidad a la hora del ejercicio. Esto se debe a que sus músculos reciben menor aporte de sangre rica en oxigeno. Las mujeres tienen menos capilares, y su sangre aporta menos proporción de hemoglobina. Los hombres consumen más calorías en reposo que las mujeres porque tienen más músculo. También emiten más adrenalina y noradrenalina. Asimismo, los hombres bombean mejor la adrenalina al entrenar. Todo esto da como resultado una elevación superior de la presión arterial y un incremento en la quema de grasas. Visto así la diferencia entre hombres y mujeres a la hora de entrenar radica en las demandas del organismo de cada quien, y no en los ejercicios en sí.
Variaciones De Peso 
Las mujeres deben ser más estrictas con sus dietas porque sus cuerpos no emiten tantas hormonas quemadoras de grasa como los hombres en respuesta al ejercicio. Realmente, para quemar grasas en grandes cantidades, una mujer tiene que dar el 100% en el gimnasio o a la hora de entrenar para que su cuerpo emita mayor cantidad de las hormonas que producen un vaciado de depósitos grasos. Por ejemplo, algunos estudios indican que una mujer que realiza actividad física ligera y que tiene un trabajo de carácter administrativo, gasta entre 1.5 y 3.4 calorías por minuto. Un hombre, en cambio, consume de 2 a 4.9 calorías por minuto. A medida que aumenta el nivel de ejercicio, mayor será la diferencia. Esto quiere decir que si un hombre hace la dieta hipocalórica de su mujer, el nivel de calorías que es bueno para ella será insuficiente para él; y es factible que se fatigue en el día, tenga dolores de cabeza, baje su rendimiento laboral y presente falta de concentración.
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